Diferencia entren (HIFEM) tecnología electromagnética enfocada de alta intensidad y Estimulación Eléctrica TENS (Estimulación nerviosa eléctrica transcutánea) otros estimuladores de electrodos
La técnica de estimulación electromagnética pulsada
.-. El concepto de estimulación electromagnética pulsada fue observado por primera vez por el reconocido científico Michael Faraday en 1831. Faraday pudo demostrar que los campos electromagnéticos pulsados o que varían en el tiempo tienen el potencial de inducir corriente en un objeto conductor. La configuración experimental de Faraday fue simple. Descubrió que, al pasar una fuerte corriente eléctrica a través de una bobina de alambre, podía producir estímulos electromagnéticos pulsados.
La estimulación eléctrica es una tecnología relacionada que se ha empleado durante años en el tratamiento de numerosas afecciones médicas. Uno de los más utilizados para la estimulación eléctrica toma la forma de lo que se conoce como unidad TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea). Estos dispositivos están diseñados específicamente para estimular el tejido nervioso que bloqueará o interrumpirá las señales de dolor que se envían al cerebro.
Esta clase de dispositivos de estimulación eléctrica utiliza los principios de la estimulación nerviosa directa para excitar los nervios.
Estas tecnologías colocan electrodos directamente sobre la piel o, en ocasiones, debajo de la piel de forma implantada quirúrgicamente. Los electrodos llevan cables, a través de los cuales fluyen los electrones y crean una transferencia de carga a los tejidos y las células nerviosas debajo.
.-. La estimulación eléctrica puede ser efectiva para estimular tejidos superficiales, ya que la estimulación generalmente se realiza a partir de electrodos pequeños, con niveles moderados de voltaje y corriente.
Sin embargo, la estimulación eléctrica puede causar irritación y quemaduras importantes en la piel, como se ha informado en un número significativo de casos dentro de la literatura médica (Balmmaseda MT, et al. Quemaduras en la estimulación eléctrica funcional. Archivos de Medicina Física y Rehabilitación. Julio de 1987; 68 (7) 452-53).
.-. Las limitaciones de la estimulación eléctrica han provocado investigaciones sobre las posibles aplicaciones de la estimulación electromagnética pulsada y (HIFEM) tecnología electromagnética enfocada de alta intensidad.
El principio básico detrás del concepto de estimulación electromagnética es que una corriente eléctrica pulsada o pasada a través de una estructura de bobinado generará un campo electromagnético.
Un campo electromagnético puede, a su vez, generar una corriente en cualquier material conductor, como nervios u otros tejidos corporales, dentro de este campo.
El campo eléctrico inducido electromagnéticamente creado por la estimulación electromagnética pulsada correctamente orientada logra el resultado de transferir la carga a las células del cuerpo.
Esta carga transferida puede provocar la activación nerviosa, la contracción muscular, la estimulación de las vías de señalización celular que causan el crecimiento celular y una serie de otros efectos.
.-. A diferencia de las aplicaciones de estimulación eléctrica, la estimulación electromagnética pulsada no requiere contacto directo con la piel para inducir la excitación nerviosa. Como resultado, se pueden lograr niveles significativamente más altos de estimulación dirigida a través de la estimulación electromagnética pulsada sin los efectos adversos de otras tecnologías.
La capacidad de la estimulación electromagnética para inducir corrientes eléctricas dentro de los tejidos del cuerpo humano ha impulsado la investigación médica en los últimos años con respecto al diagnóstico, monitoreo y terapia de una variedad de afecciones, que incluyen:
prevenir y tratar la atrofia muscular, tratar el intestino neurogénico y vejiga, que ofrece control del dolor para el dolor musculoesquelético y de espalda, y tratamiento de la artritis.
La tecnología de energía electromagnética concentrada de alta intensidad (HIFEM) induce máximas contracciones musculares que no se pueden conseguir por acción voluntaria. Al ser expuestas a estas contracciones, el tejido muscular es forzado a adaptarse a estas condiciones extremas.
Durante las contracciones musculares voluntarias, las fibras musculares se relajan entre cada estimulo nervioso debido al incapacidad del sistema central nervioso de señalar otro impulso mientras que el previo aún sigue en acción. La tecnología HIFEM genera impulsos que son independientes de la función cerebral, y tal rápida frecuencia que no permite que haya una fase de relajación.
Bajo condiciones normales, la mayor cantidad de tensión que podría ser desarrollada y mantenida fisiológicamente es llamada máxima contracción voluntaria (MVC). Usualmente, esta dura tan sólo una fracción de segundo. Las contracciones con tensión mayor al MVC son definidas como supramaximal.