Las enfermedades se programan en el vientre de la madre
«La despreocupación de la salud, la mala alimentación y el abuso de antibióticos han hecho que aparezcan nuevas enfermedades»
Los expertos transmiten la idea de que si las personas cuidan su alimentación, gestionan su estrés y se ocupan de mantener su flora intestinal en buen estado pueden conseguir revertir su salud.
Los hábitos de salud y de alimentación que mantienen las madres durante el embarazo, junto al tipo de parto con el que nazca el niño y el consumo que haga después de leche materna, condicionarán la futura salud del menor durante toda su vida. Así lo defienden, en una entrevista, el especialista en Psiconeuroinmunología Xavi Cañellas y el nutricionista y dietista Jesús Sanchís, que han publicado recientemente el libro «Niños sanos, adultos sanos» (Plataforma Editorial).
Los dos profesionales del campo de la salud asumen que ellos mismos sufren enfermedades originadas en el vientre de su madre y por este motivo ahora se ocupan de divulgar las claves para conseguir que «todos los niños, aunque no hayan tenido las condiciones óptimas para conseguir una buena salud al nacer, puedan ser reprogramados».
Su libro, con más de 1.000 referencias científicas, transmite la idea de que si las personas cuidan su alimentación, gestionan su estrés y se ocupan de mantener su flora intestinal en buen estado pueden conseguir revertir su salud. «En las últimas décadas, la despreocupación de la salud, la mala alimentación y el abuso de antibióticos han hecho que aparezcan nuevas enfermedades como alteraciones alérgicas, asma, intolerancias y patologías autoinmunitarias, entre otras», afirma Cañellas, que es también investigador-colaborador del Instituto de Investigación Biomédica del Hospital Josep Trueta de Girona. Cañellas apunta que «no es normal que los niños tengan alergia, que antes de los cinco años ya hayan tomado varias dosis de antibiótico o que los jóvenes tengan acné».
Según el psiconeuroinmunólogo, tampoco es normal encontrar niñas con nueve o diez años que ya tengan la menstruación, hecho que relaciona con la salud de la madre durante los meses de embarazo: «Por este motivo son tan importantes estos meses, porque están marcando la vida adulta». Dado que las previsiones de salud para las próximas décadas empeoran y que «en el año 2030 los niveles de diabetes tipo 2 no se podrán mantener para la salud pública», según augura Cañellas, «debemos generar un cambio de hábitos, primero nosotros mismos y luego en casa», recomienda.
El problema, explican los autores de libro, es que nos hemos creído ciertas recomendaciones al pie de la letra. «No hay evidencia científica seria que demuestre que es mejor comer seis veces al día o que el desayuno sea la comida más importante del día«, subraya Cañellas, que apuesta por la flexibilidad alimentaria como el mejor camino para conseguir una buena salud. «Siempre que se pueda recomendamos comer productos de proximidad, ecológicos, de temporada y naturales», admite Sanchís, que reconoce que estos alimentos suelen ser caros y que, aunque no se puedan cumplir todos los requisitos, pide que por lo menos sean fruta y verdura.
El libro, que incluye un capítulo sobre nutrición, enumera los alimentos que deberíamos tomar con frecuencia, además de rechazar con rotundidad la actual pirámide alimenticia, ya que «resulta insultante que en una pirámide encargada de dar recomendaciones a la población haya productos como las golosinas o bebidas como el alcohol y el vino», argumenta Sanchís. Los fármacos también forman parte del libro, en el que los dos especialistas explican que debemos tomar los mínimos necesarios ya que, aunque gracias a ellos se salvan muchas vidas, también provocan muchos efectos secundarios.
«Que tengas dolor de cabeza no quiere decir que necesites paracetamol. Si precisas ansiolíticos o antidepresivos para tirar adelante, primero hay que saber qué es lo que provoca este cuadro clínico», opina Sanchís, que está elaborando su tesis doctoral en el departamento de Pediatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia.