Se recomienda descansar entre 6 y 9 horas, pero en esto del dormir también se aplica la máxima de que importa más la calidad que la cantidad
La importancia de dormir las suficientes horas diarias y que este descanso sea placentero y reparador, es fundamental para que nuestra mente fresca y preparada para afrontar el nuevo día y nos mantengamos físicamente sanos y en forma.
Los beneficios de dormir son numerosos y diferentes estudios científicos los corroboran, pero, ¿te habías planteado que dormir puede además ayudarte a adelgazar? Según un reciente estudio elaborado en la Universidad Brigham Young (BYU) y publicado en la revista American Journal of Health Promotion, parece haber encontrado la conexión entre sueño y peso sorprendente: dormir puede reducir la grasa corporal.
Los investigadores se centraron más en evaluar el momento del día en el que se descansa y la calidad del sueño en lugar de centrarse sólo en el número de horas de sueño necesarias al día. En general, se recomienda descansar entre 6 y 9 horas, pero en esto del dormir también se aplica la máxima de que importa más la calidad que la cantidad.
¿Incapaz de levantarte a primera hora para ir al gimnasio? Quizás quedarte durmiendo pueda ser la mejor opción para perder esos kilitos de más.
¿Qué ocurre mientras dormimos?
Tras analizar cómo influían los patrones de sueño en el estado físico de 300 jóvenes universitarias durante una semana, los investigadores descubrieron que las participantes que durmieron menos de 6,5 o más de 8,5 horas de sueño por noche tenían más grasa corporal.
“Cuando no dormimos lo suficiente, dos hormonas en nuestro cuerpo se ven afectadas en gran medida: la grelina y la leptina” explica la psicóloga Shelby Harris en Psychology Today. La grelina es la encargada de determinar el apetito y su acción durante la noche se traduce en que tengamos sensación de hambre y ganas de comer. En el otro extremo está la leptina, la hormona que indica la saciedad y nos dice que debemos dejar de comer. Ésta controla el metabolismo de la grasa monitorizando cuánta energía entra en el organismo regulando el hambre.
Cuando no dormimos lo suficiente, incluso cuando tan sólo reducimos las horas de sueño unas pocas noches, nuestro organismo tiene más grelina que leptina por lo que recibimos la señal de que necesitamos más energía y la sensación de hambre se fortalece.
La influencia de las variaciones del sueño
No es la primera vez que se analiza la relación entre cantidad de horas de descanso y los efectos hormonales de sus variaciones, pero lo novedoso de este estudio es que, durante este análisis, descubrieron que tener una hora concreta para acostarse y, todavía más importante, la cantidad de estados de vigilia que tuviesen durante las horas de sueño, estaban directamente relacionados con tener más o menos grasa corporal.
Las participantes que registraron más de 90 minutos de variación en su sueño, ya fuese porque se desvelasen durante la noche o porque se acostasen o despertasen más tarde o temprano de lo habitual, eran más propensos a mostrar una mayor composición de grasa corporal que los que tenían menos de 60 minutos de variaciones o modificaciones en los tiempos de descanso.
Las noches en vela adelgazan
Todos nacemos con una especie de relojes internos conocidos como losritmos circadianos. Estos ritmos son los cambios fisiológicos, mentales y de comportamiento que siguen un ciclo de aproximadamente 24 horas y que vienen dictados principalmente por los cambios en la luz del medio que nos rodea.
Mantienen nuestro reloj biológico a punto para que nuestro cuerpo esté en plena forma durante el día. “Los ritmos circadianos no sólo afectan a nuestros horarios de sueño sino que también dictaminan muchas otras funciones complejas de organismo como las hormonas que liberan diversos órganos de nuestro cuerpo”, comenta Harris.
Tener un tiempo de vigilia fijo los siete días de la semana ayuda a mantener el reloj circadiano a punto
Los tiempos de vigilia no tienen por qué ser negativos siempre que se repitan a diario. Como comenta la doctora, “tener un tiempo de vigilia fijo los siete días de la semana ayuda a mantener el reloj circadiano a punto durante todo el día”.
La investigación encontró que aunque mantener una hora permanente para ir a dormir es fundamental, más importante aún es que las horas de vigilia sean constantes ya que tienen muchas más implicaciones en el hecho de mantener la fisiología de nuestro cuerpo: “no dormir permite que estemos fuera de la cama y activas durante más horas, lo que ayuda con la reducción de la grasa corporal”, añade Harris.
El sueño interruptus engorda
Por último, los investigadores observaron que la calidad del sueño afecta directamente a la composición corporal de las personas. Aquellas participantes que descansaban mejor estaban más delgadas. No es el hecho de dormir más o menos sino de hacerlo correctamente y sin interrupciones inoportunas que puedan derivar de la apnea del sueño, la ansiedad, la depresión o el estrés.
Estas perturbaciones en el sueño impiden que las personas puedan disfrutar de los beneficios que reporta un sueño sólido y de calidad durante la noche. Entre otras cosas, se produce menos hormona del crecimiento y aumentan los niveles de cortisol –la hormona del estrés– y esto puede afectar a la producción de leptina y grelina alterando la composición de grasa corporal.
Es fundamental mantener unas sesiones fijas de sueño, yéndonos a dormir a la misma hora, durmiendo la misma cantidad de horas cada día y disfrutando de un descanso reparador y de calidad. Si se tienen problemas para conciliar el sueño o mantener unos horarios rutinarios, “es recomendable acudir a un especialista del sueño para evaluar cualquier problema que pueda estar contribuyendo a ese insomnio” aconseja la psicóloga.