Algas, manajares sin calorías
Tienen más vitaminas, fibra, hidratos de carbono, hierro, estimulan el tránsito intestinal y no engordan. Recomiendan tomar 20 gramos tres veces por semana
En Oriente las algas son consideradas como auténticos manjares; en Occidente, sin embargo, se han visto históricamente como un alimento relacionado con las épocas de hambruna. Países como China, Japón o Corea las incluyen en sus menús de forma habitual. En Europa, empezamos ahora a valorarlas como se merecen. «Son un complemento nutricional excelente», afirma Ignacio Hernández Carrero, uno de los autores del libro ¿Las algas se comen? Un periplo por la biología, la historia, las curiosidades y la gastronomía, editado por la Universidad de Cádiz. «Se pueden añadir a sopas, ensaladas, al pescado…«.
En España existen muy buenas algas comestibles, sin embargo, «no se han encontrado referentes de consumo directo antiguo», añade este investigador que lleva más de 25 años vinculado al mundo de las macroalgas (las de gran tamaño y que permanecen fijas al sustrato en alguna fase de su ciclo vital). Por resumir, de estas verduras marinas podría decirse que «tienen de todo menos calorías»: son ricas en hidratos de carbono, en proteínas, fibra y vitaminas (A, B, C y E), estimulan el tránsito intestinal, sacian… y aportan hierro, algunas incluso más cantidad que la carne, el pescado, las espinacas o las lentejas. Un ejemplo: ocho gramos de ulva o lechuga de mar deshidratada poseen más hierro que 100 gramos de solomillo.
«El paladar se educa; al principio puede resultar un sabor raro, pero hay que probar e ir acostumbrándose».
Normalmente, si le gusta el pescado y el marisco, apreciará las algas. En el mundo hay más de 10.000 especies de macroalgas; de esas se consumen unas 200.
«Hay muchos tipos que no se han explorado todavía». Son principalmente rojas (hay unas 6.500 especies), verdes (hay alrededor de 1.500) o pardas (hay unas 1.800 especies).
«El color nos dice los tipos de pigmentos que tienen. Por ejemplo, si es muy verde, tendrá un alto contenido en clorofila».
En el año 2000 su consumo en nuestro país era testimonial; hoy son una de las tendencias gastronómicas del momento.
CONSUMO MODERADO
Una de las principales dudas es cómo y cuándo consumirlas.
«Se recomienda tomarlas dos o tres veces a la semana y no superar los 20-25 gramos cada vez«. Si no se han tomado nunca, su introducción en la dieta debe ser paulatina. La lechuga de mar, una de las más apreciadas, es rica en vitamina A y calcio; el espagueti de mar lo es en vitamina C y hierro… «Las algas te quitan lo que te sobra y te aportan lo que necesitas», según reza el eslogan del puesto.
«Es importante tener claro que son un complemento, nunca un ingrediente principal». También con ellas se elaboran multitud de productos, ya sea un arroz con wakame, té con kombu, tartar de algas con aceituna negra, tallarines con lechuga de mar o paté de percebe y alga nori.
Cada vez es más común ver también en medicamentos ingredientes activos de origen algal y se emplean en tratamientos de talasoterapia; se recomiendan para problemas de reúma, osteoporosis o insomnio.
Hay estudios epidemiológicos que comparan la dieta oriental con la occidental que asocian el consumo regular de algas «con una menor incidencia de enfermedades coronarias, cánceres o hiperlipidemia (trastorno que aumenta las grasas en sangre)», ‘¿Se comen las algas?’ Los japoneses son, de hecho, los más longevos del planeta.
«Las propiedades que se atribuyen a las algas son más preventivas que curativas«, dice Ignacio Hernández.