D-treo-1-fenil-2-decanoylamino-3-morpholino-1-propanol (D-PDMP). Éste es el fármaco que promete acabar con las canas, las arrugas y la calvicie
Investigadores de la Universidad John Hopkins han desarrollado un medicamento experimental para combatir los signos de la vejez.
Según los investigadores, este nuevo fármaco detiene la producción de los glicoesfingolípidos o GSL, un tipo de grasas clave en la piel y otras membranas celulares. Cabe destacar, como puntualizan los investigadores, que estos resultados no tienen porque conseguirse también en humanos, y no existe todavía evidencia sólida de que el fármaco sea seguro para las personas.
El trabajo, llevado a cabo por los investigadores de la Universidad John Hopkins y publicado en Scientific Reports, consistió en una serie de experimentos en ratones donde se logró revertir con éxito ambos factores: tanto las canas como la caída del pelo y las arrugas de la piel. Todos estos signos de envejecimiento se habían producido tras llevar a cabo dietas altas en grasas y colesterol en los roedores, lo cual demostró aumentar el riesgo de acelerar estos signos de envejecimiento e inflamación generalizada.
Aun así, afirman, los hallazgos otorgan nuevas vías de actuación para abordar tanto la pérdida de pelo como las lesiones en la piel en humanos, ya sea usando fármacos en forma de pastillas o en forma de cremas. De hecho, el objetivo final de este fármaco no sería tan solo el envejecimiento, sino otras enfermedades potencialmente lesivas de la piel, como la psoriasis, la mala cicatrización en las heridas de pacientes con diabetes, o una mala curación de las heridas tras sufrir una cirugía.
Cómo funciona el nuevo fármaco
En estudios anteriores, los glicoesfingolípidos habrían demostrado encontrarse en gran cantidad en las células que forman la capa superior de la piel y en los queratinocitos, las células responsables de regular la pigmentación tanto de la piel como de los ojos y el cabello.
Para demostrar cómo la alteración de los GSL puede afectar al color y aspecto de la piel, los investigadores modificaron a un grupo de ratones genéticamente para que padeciesen aterosclerosis, una enfermedad arterial donde se produce una obstrucción de los vasos sanguíneos como consecuencia de una Dieta Occidental. Posteriormente, alimentaron a esos mismos ratones ya predisponentes a la enfermedad con una dieta alta en grasas, mientras que hubo un segundo grupo de ratones control con una alimentación estándar desde las 12 semanas de edad hasta las 20 semanas.
Como se esperaba, aquellos ratones alimentados con una dieta occidental sufrieron pérdida de cabello, lesiones en la piel y blanqueamiento del pelo o canas. Dichos signos de volvieron más severos cuando estos ratones continuaron la misma dieta durante un total de 36 semanas, donde ya había hasta un 75% de roedores afectos con estos signos acelerados de envejecimiento.
Entre la semana 20 y la semana 36, ambos grupos de ratones recibieron el compuesto experimental, D-treo-1-fenil-2-decanoylamino-3-morpholino-1-propanol (D-PDMP), en forma de cápsula o líquido, llevando a cabo la misma dieta. Aquellos que recibieron entre 1 y 10 mg por kilo de peso y continuaron con la misma Dieta Occidental comenzaron a recuperar el cabello y su color original, disminuyendo además la inflamación de la piel. De hecho, el tratamiento con 1 mg/kg en forma de cápsula y el de 10 mg/kg en forma líquida tuvieron un efecto similar, lo que demostraría que la cápsula sería una forma de administración más efectiva.
A pesar de que los investigadores sugieren que es necesaria más investigación, creen que sus hallazgos demostrarían que la dieta occidental es potencialmente lesiva, pudiendo dar lugar a la producción de canas, caída de pelo y arrugas en la piel también en los seres humanos. Como objetivo de futuro, el plan es confirmar y ampliar los hallazgos actuales y demostrar que el compuesto es seguro y efectivo también en humanos.