El frío que modela tu cuerpo (Criolipólisis), acabar con la grasa acumulada
Antes de la Sesión y para seleccionar parámetros
Se tomará medidas con el plicómetro (herramienta que aprisiona la grasa que quiere medir, como si de una pinza se tratase), e indica la cantidad de grasa. Antes de aplicar la sesión se introducirá esa medida de grasa en la máquina de criolipólisis para que establezca el rango de temperatura sobre el que deberá operar. Puesto que la eliminación de la grasa se consigue al someterla a bajas temperaturas, y teniendo en cuenta que la temperatura corporal varía de unas personas a otras, para conseguir el éxito de este tratamiento es imprescindible que la temperatura aplicada a cada paciente y en cada sesión se regule de forma personalizada.
Las zonas habituales de tratamiento son el abdomen, los glúteos, las caderas, las piernas, la espalda, los brazos o los laterales del torso son algunas de las zonas a tratar por la criolipolisis, dado que es más donde se acumulan este tipo de grasa.
Las bajas temperaturas que se llegan a alcanzar pueden dañar la piel del paciente, por lo que para evitarlo se coloca una toallita compuesta por varias membranas que actúan como una segunda piel, protegiéndola de la acción del frío. Los únicos inconvenientes que puedes encontrar al respecto puede ser enrojecimiento de la piel, tirantez u hormigueo.
¿Cuáles son los resultados?
Con una sesión se consigue una reducción de la grasa localizada del 20% y una reducción del pliegue graso de mm. Los efectos positivos de la criolipólisis son visibles a partir del segundo mes, pero las células de grasa se pueden tardar hasta cuatro meses en eliminar tras la sesión.