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Ocho anticonceptivos femeninos, ¿qué opción es la mejor?

 

“La mujer debe conocer y valorar las diferentes opciones antes de decantarse por la forma con la que se encuentre más cómoda y segura”, recomienda la sexóloga. José Díaz añade: “Cuando se va a utilizar un método es fundamental acudir a una consulta y que el médico haga una historia clínica detallada de la usuaria ya que no todos los anticonceptivos pueden ser utilizados por todas. Se debe orientar a la paciente y recomendarle el método que mejor se adapta a las circunstancias de cada una”.

 

“En cuanto a anticoncepción reversible [aquellos con los que dejando su uso se recupera la fertilidad], actualmente se distinguen dos clasificaciones: anticonceptivos a corto plazo y a largo plazo”.

 

Dentro de los métodos a corto plazo se encuentran el preservativo femenino, el diafragma, la píldora, el anillo y el parche hormonal. Por otro lado, el DIU, el implante y las inyecciones de hormonas son los anticonceptivos catalogados como de larga duración.

 

Entre otras de las principales clasificaciones de los métodos anticonceptivos femeninos, encontramos los anticonceptivos no hormonales y anticonceptivos combinados hormonales.  Al contrario del caso anterior, éstos no se diferencian por su capacidad de recuperación de la fertilidad tras su abandono, sino por su composición hormonal, modo de uso, planificación del sexo frente a protección contra el embarazo no deseado, así como evitar el riesgo de contagio por enfermedades de transmisión sexual (ETS).

 

A continuación explicamos, mediante esta clasificación sus ventajas, desventajas, cómo funcionan y en qué consiste cada unos de ellos.

 

Anticonceptivos no hormonales

 

Los métodos anticonceptivos no hormonales, también conocidos como anticonceptivos de barrera, son aquellos que impiden loa llegada del espermatozoide al posible óvulo liberado durante el acto sexual. Como su nombre indica, en primer lugar, se trata de los anticonceptivos que no alteran el ciclo femenino y, en segundo, que ponen obstáculo ante una posible fecundación, por tanto, ante un embarazo no deseado.

 

Recomendados para aquellas mujeres que por intolerancia, incapacidad o, simplemente, oposición a la toma de un medicamento o no pueden someterse a un tratamiento anticonceptivo hormonal, así como la práctica esporádica del sexo con distintas personas. entre sus principales opciones podemos encontrar:

 

Preservativo: Conocido comúnmente como condón, se trata del anticonceptivo más utilizado. Un producto de látex que se coloca en el pene para impedir que el semen llegue a la vagina femenina. Un método de anticoncepción con una tasa de efectividad y protección del 95% que, además, previene de enfermedades de transmisión sexual e infecciones genitales.

 

Preservativo femenino: Se trata de un método de barrera alternativo al preservativo masculino. Es una delgada funda hecha con un material plástico transparente, fino y suave que se ajusta holgadamente a las paredes de la vagina. Además de servir como barrera e impedir que los espermatozoides alcancen al óvulo, esta opción proporciona una mayor protección a la mujer contra enfermedades de transmisión sexual (ETS). Se puede llevar puesto hasta ocho horas y sólo puede usarse una sola vez.

 

Según la Organización Mundial de la Salud, el preservativo femenino tiene una eficacia frente a los embarazos de entre el 79% y el 90% dependiendo de “si se usa de manera correcta y sostenida” o no. Dos de los beneficios que aporta este método es que su uso no conlleva efectos secundarios hormonales ni afecta a la fertilidad de la mujer. Sin embargo, es rechazado por muchas mujeres debido a su aspecto “antiestético”, pues el anillo externo del preservativo sobresale de la vagina. Otro ‘handicap’ es su precio, ya que una caja de dos unidades ronda los 10 euros.

 

Diafragma: El diafragma es un capuchón de látex o silicona que la mujer se introduce en la vagina cubriendo el cuello del útero y bloqueando la entrada del esperma en la cavidad uterina. Diana Sánchez, sexóloga y psicoterapeuta cuenta que “es un método que debe ser valorado en la consulta ginecológica. Además de tener que aprender correctamente su uso, la mujer debe utilizarlo con espermicida para aumentar su eficacia”.

 

Según explican los expertos, se coloca diez minutos antes del encuentro sexual y debe permanecer colocado ocho horas después para asegurarse de que el espermicida hace su trabajo y, una vez retirado, lavarlo con agua y jabón neutro, secarlo y guardarlo en su envase correspondiente en un lugar fresco y seco. El diafragma debe cambiarse aproximadamente cada año.

 

Usado correctamente y acompañado de espermicidas, este método tiene un porcentaje de efectividad entre el 84% y el 95%. El diafragma, además de proteger contra algunas ETS (en concreto las infecciones por clamidia) no produce efectos negativos sobre la fertilidad de la mujer. Tampoco producto alteraciones hormonales y puede usarse durante la lactancia. Aunque su precio ronda los 30 euros, algunas mujeres encuentran incomodidades en su colocación y en la prohibición de su uso durante la menstruación y cuando existe alguna infección.

 

Dispositivo intrauterino (DIU): El DIU es un pequeño dispositivo de plástico en forma de ‘T’ que el ginecólogo coloca dentro del cuello del útero de la mujer. Tradicionalmente el dispositivo intrauterino estaba hecho de plástico y recubierto de cobre, metal tóxico para el esperma que impide que el óvulo pueda ser fecundado. La duración habitual del DIU de cobre es de cinco años y su eficacia frente a los embarazos no deseados es del 99%.

 

La sexóloga Diana Sánchez destaca que “es un método muy fácil de usar” y seguro frente a los embarazos ya que “evita olvidos”. Sin embargo, el doctor Díaz Sánchez explica que “debido a su tamaño y a algunos efectos que podía provocar, el dispositivo de cobre sólo podían usarlo mujeres que ya habían sido madre. También se han registrado casos en los que el DIU afecta a la menstruación haciéndola más abundante y dolorosa. Por eso hace pocos años salió al mercado un dispositivo intrauterino que, eliminando el cobre de su composición, introduce un depósito de hormonas que actúa directamente sobre el endometrio y regula la menstruación de las mujeres que padecían grandes sangrados menstruales y no podían usar el DIU de cobre. Además — continúa el experto — hace unos meses ha comenzado a comercializarse otro DIU hormonal que, debido a su menor dosis de hormonas y su tamaño más reducido favorece que las mujeres que no han sido madres y usuarias más jóvenes puedan utilizarlo”.

 

Su duración es de tres años y tiene más o menos el mismo porcentaje de eficacia que el DIU de cobre. Otro beneficio que posee es que la fertilidad se recupera en el momento en el que se retira el dispositivo. Sus principales inconvenientes son que no protege contra ETS y que su utilización supone a corto plazo un gran desembolso [entre 140 y 160 euros].

 

¿Cuáles son sus ventajas e inconvenientes?

 

Entre las principales ventajas de los anticonceptivos hormonales encontramos:

 

– No necesitan de planificación para la práctica del sexo anterior ante su uso.

 

– Son aptos para aquellas mujeres intolerantes a las hormonas sintéticas de las que se componen los métodos anticonceptivos combinados.

 

– Previenen del riesgo de contagio por ETS. En este caso hablamos del preservativo de tipo femenino y masculino. No encontrándose dentro de esta tipología el diafragma, esponja o DIU.

 

– No alteran el ciclo hormonal, siendo más fácil planificar un embarazo tras su uso.

 

Mientras, sus principales inconvenientes pueden ser:

 

  • La posibilidad de que estos métodos de anticoncepción fallen en posible por ruptura del látex de que se componen los preservativos, así como una mala colocación de diafragma. Ambos fallos que pueden llevar a un embarazo no deseado.

 

Anticonceptivos hormonales combinados

 

Anticonceptivos orales: Son pastillas anticonceptivas compuestas por hormonas que se toman una vez al día y siempre a la misma hora para asegurar su eficacia. “Existen dos tipos de píldoras anticonceptivas: la combinada y la ‘minipíldora’”, dice el doctor Díaz Sánchez y explica que la primera está compuesta por dos hormonas llamadas gestágenos (progesterona sintética) y estrógenos.

 

Los gestágenos o progestágeno de los que se compone la píldora anticonceptiva inhiben la ovulación y la administración de estrógenos favorece que los sangrados menstruales sean regulares. Del mismo modo, este conjunto hormonal impide la entrada de espermatozoides en el útero femenino, favoreciendo el espesor del moco del cérvix o e impidiendo que un óvulo fecundado se aloje en el útero.

 

Entre sus beneficios destacan que la mujer retoma la fertilidad tan pronto como deje de tomar las pastillas. Además, la píldora también tiene efectos positivos ante problemas con el acné, la caída del cabello, incluso disminuye el riesgo de padecer cáncer de ovario y endometrio. “Aunque es un método muy seguro, la inconstancia es uno de los principales motivos de fallo, ya que la píldora supone una implicación diaria por parte de la usuaria”, añade el doctor, quien recuerda que este método no protege contra ETS. Su uso debe prescribirlo un médico y el precio de un envase (un mes) ronda los 10 euros.

 

Píldora de progestágeno solo: Comúnmente conocida como la mini píldora, esta pastilla anticonceptiva está únicamente compuesta por progesterona sintética. Un método indicado para aquellas mujeres para las que el uso de estrógenos está contraindicado debido a su intolerancia o las condiciones de su salud, como hipertensión, obesidad o mujeres fumadoras mayores de 35 años.

 

Del mismo modo y gracias a esta única hormona, este anticonceptivo oral puede ser utilizado por madres en periodo de lactancia, ya que el progestágeno no perjudica la producción de leche materna o causa daños en el bebé.

 

Según la SEC, este método es el segundo más utilizado (después del preservativo masculino) por las mujeres españolas y tiene un porcentaje de eficacia del 90% y el 99%.

 

Parche semanal: Es una banda adhesiva parecida a una tirita compuesta por una capa de gestágenos y estrógenos que se va liberando lentamente una vez que contacta en la epidermis. Para su aplicación se busca una zona corporal que no sufra mucho roce con la ropa para evitar que se despegue. El ciclo es como el de la píldora. La diferencia radica en que el parche tiene que cambiarse cada semana durante 21 días consecutivos. Después la mujer pasa siete días sin ponérselo y aparece la menstruación.

 

La eficacia del parche anticonceptivo oscila entre el 99,7% y el 98,8% y su coste mensual ronda los 15 euros. Comparte los beneficios de los anticonceptivos orales y el parche hormonal, sin embargo, por su contenido de estrógenos, el anillo está contraindicado para mujeres con hipertensión, obesidad o fumadoras mayores de 35 años. Además, no protege contra ETS.

 

Anillo mensual: También conocido como anillo anticonceptivo o anillo vaginal, este método consiste, como su nombre indica, en un anillo de plástico transparente y flexible de cinco centímetros de diámetro que la mujer coloca en la vagina (como si fuera un tampón) una vez al mes, entre el primer y el quinto día del ciclo menstrual. Cada anillo funciona durante tres semanas, después hay siete días de descanso en los que llega la menstruación y no hay peligro de embarazo. Libera las mismas hormonas que la píldora combinada (gestágenos y estrógenos) y son absorbidas por la mucosa de la vagina.

 

La sexóloga Diana Sánchez destaca que debido a su uso mensual la mujer disfruta de mayor libertad sexual. La eficacia contra los embarazos, los beneficios que aporta y las contraindicaciones de este método son los propios de la píldora y el parche. Su coste mensual ronda también los 15 euros.

 

Inyecciones hormonales: Es uno de los métodos de larga duración que menos se emplean en España aunque registra entre un 97% y un 99% de eficacia contra los embarazos. Se trata de una inyección hormonal intramuscular que se administra entre el primer y el quinto día de la menstruación. El ginecólogo es el encargado de aplicarlas y pueden ser mensuales (contiene progestágenos y estrógenos), bimensuales o trimestrales (sólo contienen progestágenos). Este anticonceptivo actúa atrofiando el endometrio e inhibiendo la ovulación. A parte de evitar embarazos no deseados y de liberar sexualmente a la mujer, las inyecciones ayudan a disminuir el riesgo de Enfermedad Pélvica Inflamatoria, mejora la endometriosis y reduce los dolores menstruales y la anemia. Sin embargo, no protege contra ETS, conlleva irregularidades en el sangrado menstrual (haciendo incluso que desaparezca) y la fertilidad tarda en recuperarse unos meses.

 

Implante dérmico: Consiste en una barilla de cuatro centímetros que se coloca en el brazo no dominante con anestesia local. Lleva una hormona (etonogestrel) que se va liberando cada día y su efecto anticonceptivo se mantiene durante tres años. “Al ser de liberación continua la eficacia es más elevada [99,5%] pero hay que comentarle a la usuaria que las hemorragias menstruales pueden volverse irregulares e incluso desaparecer, pero no significa que sea dañino ni ineficaz”, explica José Díaz Sánchez.

 

El implante puede utilizarse en algunas situaciones en las que otros métodos hormonales por su contenido en estrógenos están contraindicados, por ejemplo durante la lactancia, en mujeres hipertensas, con sobrepeso o fumadoras. “Con este método de larga duración se consigue que la usuaria se preocupe menos y sienta mayor libertad sexual“, destaca, y añade: “A pesar de que supone un desembolso económico más grande al principio [cerca de 140 euros], a la larga es más rentable”.

 

Al igual que eso resto de anticonceptivos hormonales, el implante cutáneo no protege contra ETS. Además, existen casos en que la mujer experimenta efectos secundarios como migrañas, acné, fatiga o retención de líquidos. Otro inconveniente del implante es la necesidad de emplear un procedimiento quirúrgico para colocarlo y deja una pequeña cicatriz.

 

 

¿Cuáles son sus ventajas e inconvenientes?

 

Los métodos anticonceptivos hormonales femeninos cuentan con las ventajas de:

 

Efectividad: Alcanzan hasta el 99% de probabilidades de prevención frente al embarazo.

 

Mejora de la piel: Reducen la grasa facial y con ello la aparición de acné, debido a desarreglos hormonas, además de ayuda a su desaparición.

 

Dolor menstrual: Reducción del dolor menstrual y cantidad de sangrado.

 

Prevención de padecer anemia: Debido a la deficiencia de hierro por el sagrado mensual.

 

Regulación menstrual: La toma o uso de estos anticonceptivos ayuda el ciclo menstrual e, incluso, en ocasiones, retrasar o adelantar la regla en ocasiones especiales (vacaciones, viajes de negocios, etc.) No obstante, no se recomienda abusar de este acto por riesgo de futuros desarreglos hormonales.

 

Puede disminuir el riesgo de padecer cáncer de ovarios o cuello de útero.

 

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Sus desventajas son:

 

Efectos secundarios: Al igual que cualquier medicamento, los anticonceptivos hormonales puede causas efectos adversos. Aunque, en su mayoría, desaparecen tras las primeras semanas del tratamiento, una vez que el cuerpo se ha habituado a su toma, entre ellos pueden presentarse: mareos, nauseas, cambios de humor y/o un ligero aumento de peso (debido a la mayor retención de líquidos).

 

En caso de que los efectos secundarios persistan o aparezcan nuevos síntomas diferentes a los nombrados (aumento del acné, retención excesiva de líquidos, ansiedad o mayor presencia de varices), se recomienda visite a su médico para solicitar otro tratamiento hormonal más adecuada a sus necesidades.

 

Del mismo modo y si ha sufrido o tiene riesgo de coágulos de sangre, ataques cardiacos o derrames cerebrales, consulte con su ginecólogo, debido al riesgo de esta medicación frente a estas patologías.

 

ETS: Estos anticonceptivos no protegen del contagio de enfermedades de transmisión sexual. Nunca se debe olvidar tomar las precauciones necesarias ante nuevas parejas, realizando los test necesarios y utilizando métodos de barrera durante el tiempo pertinente.

 

Toma de otros medicamentos: Algunos antibióticos y suplementos pueden reducir la eficacia de estos anticonceptivos. Durante su toma, se recomienda utilizar un método de barrera con el contrarrestar la reducción de este efecto.

 

Receta médica: Todo tipo de método anticonceptivo combinado debe ser adquirido con receta médica prescrita por un doctor colegiado y tras la correspondiente supervisión y revisión de las patologías que una mujer pueda padecer.

anticonceptivos

 

Anticonceptivos de emergencia

 

Por último debemos destacar la existencia de los métodos anticonceptivos de emergencia. Comúnmente conocidos bajo el nombre de la píldora del día después se trata de una pastilla única que, en caso de haber mantenido relaciones sexual sin protección o haber tenido problemas con el preservativo u otro método de barrera, puede ser utilizado para prevenir el embarazo en ocasiones excepcionales.

 

Compuestos por las mismas hormonas contenidas en las píldoras anticonceptivas de uso diario: gestágenos y estrógenos, su modo de actuación se basa en evitar que los ovarios liberen óvulos. Mientras, en segundo lugar, propician el engrosamiento de la mucosa cervical, impidiendo la posible llegada de los espermatozoides a dichos óvulos.

 

A su vez, esta pastilla de emergencia disminuye el revestimiento del útero, interrumpiendo el posible proceso en el que el óvulo fertilizado se adhiere al útero, debido a un posible embarazo.

 

Autora: Lucía Martín

 

Fuente:

El Mundo: http://www.elmundo.es/yodona/2014/10/27/5448d4fb22601d8b788b4577.html

euroClinix: http://es.euroclinix.net/

OMS: http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs244/es/

 

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