Tratamientos estéticos o cosméticos
Tipos de celulitis
-Grado I: es la celulitis incipiente, en la que existe una alteración circulatoria que contribuye a la retención de líquidos, con el consiguiente edema (inflamación) conectivo. “La piel está lisa a simple vista pero presenta una ligera ondulación al pellizcarla.
-Grado II: al aplicar presión sobre la zona ya aparece la piel de naranja. Los glúteos suelen ser los más afectados y hay más edema con acumulación de grasa y fibrosis intersticial.
-Grado III: suele afectar a muslos, glúteos, brazos y cartucheras (acumulación de exceso de grasa) y la piel se ve flácida. “Es una celulitis que a veces no se percibe en posición acostada y en la que la inflamación es mucho más evidente, aparecen nódulos de grasa que se aprecian a simple vista y se empiezan a agrupar en micronódulos duros
-Grado IV: en este grado ya aparece dolor al roce y la celulitis es visible incluso en reposo. La circulación está muy afectada y aparece mucho edema y retención de líquidos.
Tratamientos estéticos o cosméticos
Se aplican en los centros de belleza y son eficaces en muchas ocasiones frente a las celulitis incipientes.
¿Qué es la celulitis incipiente?
Existen distintos tipos de celulitis, la celulitis incipiente (la más superficial y fácil de combatir), la celulitis blanda o flácida, y la más conocida es la celulitis edematosa, que suele causar dolor y cierta hinchazón (piel de naranja).
Su objetivo básico es movilizar el tejido graso superficial, estimular el drenaje linfático y la circulación sanguínea.
Existen múltiples tratamientos y productos empleados para este fin, de los que simplemente mencionaremos los siguientes:
– Masajes transdérmicos: consisten en realizar unos masajes con unos rodillos en las zonas afectadas.
– Drenaje linfático: se emplea en caso de retención de líquidos en la zona, y consiste en ligeras presiones en redondo de la zona con carácter descendente. Sirven para eliminar la linfa acumulada.
– Electrolipólisis: consiste en la aplicación de microcorrientes mediante unas placas con electrodos de baja intensidad que activan la grasa para que se elimine de la zona afectada.
– Presoterapia: es un masaje mediante una especie de botas que llegan hasta la cintura y que presionan de forma gradual y ascendente la circulación venosa y linfática, mejorando su drenaje.
– Emplastos de algas o arcillas: se colocan sobre la zona afectada. Sus minerales y oligoelementos tienen propiedades desintoxicantes. Sólo sirven en casos de celulitis muy incipientes o como complemento de otros tratamientos.
– Termoterapia: consiste en la aplicación de calor por medio de baños, vendas o fangos. Se desaconseja en las personas que tienen la tensión baja.
– Hidroterapia: consiste en la proyección de chorros de agua a presión sobre las zonas con celulitis.
– Aplicación de aceites esenciales, como el geranio, la menta o la angélica, por sus propiedades dilatadoras de los vasos sanguíneos.
– Productos anticelulíticos en distintas formulaciones: existen muchísimos, con mayor o menor eficacia demostrada y que pueden ser adecuados en las fases iniciales de la celulitis o como complemento a los tratamientos ya comentados.